Por Nicolás Jaula
Hoy el clima me recordó a ti. Muy raro, ¿no es cierto? No fue una canción, un aroma o pasar por algún sitio que soliéramos frecuentar. Fue el clima de esta noche. Ese frío que te cala por debajo de la ropa, el que te entume las manos. Ese frío que te agarra por sorpresa y con la vestimenta inadecuada, porque la tarde fue soleada y brillante. Ese frío que incrementaba cuando nos despedíamos y cada uno emprendía su camino a casa. Ahora que lo pienso, el frío tiene mala reputación. Cuando se dice que alguien es frío significa que carece de sentimientos o en algún momento los perdió. Aunque en este caso es todo lo contrario. Aquí el gran problema (¿o la virtud?) es que el frío me recordará a ti durante todos los inviernos y en las noches de primavera. También el aire acondicionado del cine me recordará a ti, el primer chorro de agua de la regadera por la mañana, el refrigerador del 7-Eleven, el Ice de cereza, las cervezas recién sacadas de la hielera, el lado fresco de la cama, las paletas de hielo del mercado, el...
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