
Nuestras miradas se cruzan, te acercas...
Tu lengua me encadena a tu boca y me provocas vértigo,
y desborda en mi su deseo contenido.
Nos hundimos en ese abismo de locura,
piel sobre piel, fundiéndonos en una masa latente
donde es imposible salir ileso de ese campo de batalla carnal.
Por Mónica Mondragón.
Comentarios