Cinco rostros recientes de Nicolas Cage
- Cámara rota

- 17 nov
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Actualizado: 18 nov

Nicolas Cage no dejó de reinventarse: simplemente empezó a hacerlo más a su manera. En los últimos años, su filmografía se volvió un laboratorio extraño, íntimo y brillante donde cabe el duelo más silencioso y el delirio más psicodélico. Estas películas muestran esa etapa —la más libre, quizá la más honesta— del actor.
Pig (2021)
Cage abandona cualquier exceso para encarnar a un hombre que vive aislado con su cerda trufera. Cuando la secuestran, la película parece anunciar una venganza brutal… pero lo que entrega es un duelo contenido, casi espiritual. Pig es una de sus actuaciones más delicadas: un viaje por la memoria, la pérdida y el modo en que la comida puede ser un lenguaje para nombrar lo que duele.
Joe (David Gordon Green, 2013)
Antes del renacimiento “indie” de Cage, Joe fue la señal de que algo estaba cambiando. Interpreta a un exconvicto intentando mantenerse a raya mientras protege a un adolescente en un entorno marcado por la violencia. Es Cage en clave seca, terrenal: un hombre que se sostiene con las uñas frente al desastre propio y ajeno.
Mandy (Panos Cosmatos, 2018)
El punto exacto donde Cage abraza lo demencial con absoluta convicción. Mandy es una pesadilla heavy metal teñida de neones y sangre, un delirio sensorial donde el actor desata uno de sus trabajos más extremos y, paradójicamente, más coherentes. Una ópera de furia y dolor donde la actuación de Cage se vuelve pura catarsis.
Prisoners of the Ghostland (Sion Sono, 2021)
Sion Sono lleva a Cage a un western posapocalíptico donde nada tiene sentido y esa es justamente la gracia. La película es un collage de géneros, explosiones y simbolismos absurdos que solo funciona porque Cage se entrega a la rareza total. Una experiencia más cercana a un performance que a un relato tradicional.
Color Out of Space (Richard Stanley, 2019)
Adaptando a Lovecraft con neones psicodélicos y extraños destellos cósmicos, Richard Stanley encuentra en Cage al protagonista ideal para mostrar cómo un hogar rural se descompone bajo una entidad incomprensible. El horror corporal, la locura y la belleza alienígena funcionan gracias a un Cage que transita de la calma al desborde con una naturalidad perturbadora.




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