Por Nicolás Jaula
Japón se enfrenta a una crisis de grandes dimensiones cuando una serie de monstruos gigantes llamados kaijus aparecen periódicamente destruyendo todo a su paso. Para enfrentarlos se crea la SSSP (Science Special Search Party), una agencia gubernamental que se encargará de investigar y neutralizar a las criaturas. En medio de esta coyuntura aparecerá Ultraman, un guerrero gigante espacial con el poder necesario para derrotar a los kaijus, pero que también provocará una crisis geopolítica.
Shin Ultraman (Shinji Higuchi, 2022), segunda producción del proyecto Shin (reinvenciones fílmicas de personajes icónicos japoneses como Godzilla o Kamen Rider), aborda los temas de la industria bélica, la destrucción ambiental, el genocidio y las alianzas militares regionales de una forma por demás interesante.
Más allá de otras visiones de la ciencia ficción fantástica en donde el protagonismo recae en los humanos comunes (Cloverfield o la premiada Godzilla Minus One), Shin Ultraman pondrá el foco en las acciones de las agencias gubernamentales, la relación entre los países, los medios de comunicación y las burocracias políticas.
Y es que la aparición de Ultraman en Japón, así como de otros seres extraterrestres, provocará inmediatamente que las potencias mundiales se interesen en la tecnología militar de estas criaturas espaciales, sin importar si esto representa la inminente destrucción de la humanidad o su sometimiento a fuerzas oscuras de otros mundos.
Hideaki Anno (Neon Genesis Evangelion, 1995), guionista y productor de la película, retoma gran parte de sus inquietudes de sus otros proyectos: kaijus, lenguaje científico-militar, conspiraciones políticas y agencias gubernamentales secretas, combinándolas con el basto canon de Ultraman, sin renunciar a su parte inocente, infantil y de bajo presupuesto.
Shin Ultraman continua con la línea de su antecesora Shin Godzilla (Hideaki Anno y Shinji Higuchi, 2016), como una película que trasciende al homenaje cliché del remake/reboot americano y trae a estos personajes icónicos al mundo moderno (con su calentamiento global, sus genocidios, sus guerras tecnológicas y sus fake news), junto a historias dignas de ser contadas.
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