Por Ana Lau
Cuando llegamos, supimos de inmediato que estar juntos es el único camino, esto floreció tan rápido, no se tuvo que pensar demasiado, porque si lo pienso probablemente no me hubiese animado. Quiero atraparte tal cual me atrapaste, que sepas que con nadie vas a estar mejor que conmigo. Quiero que me enredes en tu cuerpo y en tu mente, que desnudos te susurre al oído "te me calmas, que tu hogar está conmigo". No me importa lo que digan los demás y su afán de hacernos fríos, que aman de a poquito, me has enseñado a dar sin medida y a creer en algo más allá de mis sentidos. Desde ese día eres mi amigo, mi amante, mi compañero, eres mi impulso, mi apoyo y mi sustento, el que hace que mi corazón sienta alivio. No quiero que seas uno más en mi vida, mucho menos uno menos. Quiero que seas mi "en las buenas y en la malas", jamás por obligación pero sí por elección. Quiero con todas mis fuerzas que contigo se detenga el tiempo, nunca fuiste ni serás una chispa momentánea, no eres un espejismo producto de cualquier falso encantamiento. Quiero que confíes en mi y confiarte mis secretos. Voy a caminar contigo en lugares y destinos que juntos haremos nuestros, acumularemos recuerdos e ilusiones.
Desde que llegamos, has sido mi mejor destino, la mejor decisión, contigo no hay nada pequeño, todo es intenso, estás reescribiendo mi historia, acumulando recuerdos en mi memoria, eres la personificación de aquello que hoy agradezco, con todo y miedos, con todo en contra y también con todo a favor.