Por Nicolás Jaula
Leer Transporte a la infancia, de la escritora mexicana Frida Cartas, es una experiencia que trasciende a las letras, ya que, desde sus primeras páginas, obliga al lector a echar un vistazo a su propio pasado y abrazarlo con fuerza.
Autopublicado originalmente y después retomado por la Editorial Almadía el pasado 2023, Transporte a la infancia nos lleva a diversos pasajes de la niñez de la autora, todo esto a través de la memoria de dos mujeres: Frida Cartas y su propia madre.
Ambientada en la periferia de Mazatlán, Sinaloa, alejada de la postal de la playa como la misma autora lo menciona, Transporte a la infancia se compone de diversos relatos donde la protagonista, una mujer rebelde que cuestiona permanentemente su entorno, nos lleva de la mano a los rincones de su niñez, de sus inquietudes, de su relación con las figuras de autoridad, de la desigualdad que experimenta y observa, de su inocencia y de su identidad.
La parte más potente y fundamental de Transporte a la infancia, aparte del estilo ameno, directo y personal de sus letras, es el papel la coautora espiritual y motor de gran parte de los relatos y recuerdos: la madre de la escritora. Una mujer que esté presente o no en los relatos, nos regala, como a la niña Frida Cartas, confort, consejo, protección, cariño y entendimiento.
Transporte a la infancia es un homenaje a la vida, a la niñez, a la maternidad, a la memoria, al pasado y a la resistencia. Háganse un favor y búsquenlo en librerías.
Ya por último, alguien pásenle el libro a Almodóvar para que lo adapte al cine.
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