Liberace

Por: Guillermo Romo de los Reyes

Te voy a entregar mis dedos en una bolsa de plástico, los diez de mi mano izquierda. Ahora voy a tener que engatusar cojeando. Mi andar será como un acto de rebeldía y andaré de historia en historia, desde la guerra contra las drogas, la tortura, la mano arrastrada por un caballo que conoció una serpiente y me desconoció a mí.

Luego, vas a tener mis dedos todavía calientes, humeantes en invierno. Vas a colocarlos en fila frente a la ventana. Les vas a poner nombres de dictadores o de héroes. Algunos serán mujeres y esos dedos no te van a gustar porque eres misógino. Vas a pintarle mi rostro a cada dedito hasta que la peste sea insoportable.

Yo voy a tocar el piano con los codos, y con mis dedos restantes sostendré un cigarro deshaciéndose sobre las teclas, llenándolas de polvo, una fogata. Sonidos inexplicables habitarán tu casa, aunque yo no esté ahí. Hombres que llames hogar habitarán tu casa. Tus labios emitirán chirridos y choques. Despiertas. Era un sueño. Despiertas persiguiendo el sonido de piano embrujado, cadencia felina de gato tripulante en sus entrañas.

Los dedos me van a brotar desde la tierra de las manos. Me va a quedar el músculo en carne viva en lo que llegan la piel y las uñas y las huellas. Voy a asquear a las personas cuando paguen la tienda, cuando les pase la sal en la mesa. Tú vas a saber siempre dónde he estado, porque habrás seguido las gotitas de sangre. Y maullaré, seré piano cuando me encuentres.

Mis dedos nacen de la tierra, pero no de la tierrita de mis manos. De la tierra, de la tierra, tierra. Nacen como columnas de barro. Fragmentan el suelo. Hay pequeños temblores. Desgajan la sierra al atrapar el aire y sus pajaritos. Atrapan la luz también, mis dedos, mis dedos gigantes.

Perderás partes de mi cuerpo cuando tengas sueño en un taxi. Luego, alguien va a encontrar esos deditos ya marchitos. Les pondrá ropita. Luego los pondrá sobre un pesebre. Van a ser los deditos de Jesús. Va a ser un dedito la Virgen. Otros serán los pastores y otros demás serán los animales. Todos llenos de gusanitos blancos adentro. Luego le vas a dar un beso en la frente al niño Dios. Vas a cantar Duerme Negrito de Mercedes Sosa. Luego todos van a ir corriendo a abrir los regalos.