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  • Foto del escritorCostura Transgresora

Mundos paralelos


Derrumbado en el sofá, trozos de pizza en el suelo, el gato maullando de hambre, la televisión con destellos azulados y verdosos siempre con programas estúpidos y aburridos. En su soledad Tonatiu, con el control en mano cambiaba de programación una y otra vez, casi las veinticuatro horas del día sin producción ninguna, sin leer una revista científica, sin leer historias de homicidios, sin leer las aventuras de príncipes y sirenas, sin meterse a la cocina y hornear un pastel, sin guisar una paella. ¡Nada en lo absoluto! ¡Aburrimiento total! El tiempo estático… Las manecillas del reloj avanzando cada sesenta segundos ¡De darse una ducha ni hablemos! Este hombre en verdad es un parásito.

Les contaré que no tiene la culpa de haber caído en la ruina, en las tinieblas de los desafortunados. El desdichado tiene depresión, una depresión que tiene origen en su último trabajo.

Lo despidieron por ser el oficinista más entusiasta de todos los días, por producir a diario más de 100 oficios, por innovar ideas de vanguardia, por organizar su escritorio. Si una vez tuvo una falta fue por tener una infección de salmonela.En verdad que le encantaba asistir a su trabajo puntual, presentarse aseado, listo para emitir su opinión sobre el periódico “Verdad de Metrópoli”, le gustaba escuchar y ser escuchado.


La desgracia virtual se introdujo en Tonatiu cuando un mal día no sonó el despertador, no había lavado ni planchado sus camisas blancas y la única que tenía la había manchado de café, no encontraba sus llaves, en fin, el mundo se volvió en su contra.

Horas después de que llegó a la oficina en la que tenía que subir por el elevador veinticinco pisos, el elevador se atascó, pero por fin salió y se dirigió a su escritorio.

Ni un solo ruido en la ciudad, ningún claxon, ningún Rin de teléfono. Es demasiado siniestro que ni el propio Tonatiu no se diera cuenta que la ciudad estuviera detenida en el tiempo. Cuando volteó a la oficina de su jefe, se encontraba un enorme toro fumando su pipa, trajeado con sus enormes cuernos, el toro le hizo señales con su pezuña “ven ven” Tonatiu confundido, se dirigió a la oficina


-Ahaha, hehehe, ¿estoy drogado? El toro en tono sarcástico le dijo:

-Muchacho, eres el peor en este mundo ¿Acaso no te das cuenta que el deseo de superación, la tenacidad, el querer ser el mejor en todo, no sirve en este mundo? Tu jefe te odia, tus compañeros de trabajo, la ciudad y el mundo de los impacientes te odian. Serás desterrado de este mundo grisáceo, pero por ahora, tendrás que ver qué haces con tus energías solo, no habrá nadie.

Y es por eso que Tonatiu no hace más que comer pizza y ver televisión llenándose de estupideces.


Por Costura Transgresora



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