Presentaciones de perros
- Cámara rota
- 17 may
- 2 Min. de lectura

Por Olatz Ocáriz
Creo que no te he presentado a Antonio.
Esa persona que entró en mi vida sin querer, irrumpió sin pedir permiso y se estableció en una esquina desde donde comenzó la guerra.
Perdónanos
Tal vez si hubiera sido más inteligente, o más valiente, hubiera sido capaz de leer en esa primera mirada el dolor que vendría, las inseguridades, las dudas de merecer un amor tóxico y podrido de alguien que está roto por dentro.
Pero no lo soy.
Así que te presento a Antonio.
Guapo.
Alto.
Ingeniero.
Inteligente.
Sobre todo inteligente. Tanto que aspira a irse tan lejos que su ambición le separará de todo este pasado de campesino que tiene. Hablamos de millones y millones, ahogarse en dinero, no saber qué hacer con él.
Mi amor
Es una ambición peligrosa que parece haberle corrompido hasta el último átomo.
Ahora te presento al otro Antonio.
El que machaca.
Manipula.
Hiere.
El racista,
homófobo,
machista.
No lo entiendes
Ese que parece ser su verdadera versión, la que esconde y deja salir de vez en cuando para hacerse valer. En el momento en el que él siente que sus sentimientos hacia mí afloran saca a la bestia a pasear, me doma con su látigo como a una buena perrita. Me desgarra por dentro con la maestría de alguien que lleva años conociéndome.
Fuiste tú
Pero es un artista.
un artista.
Escribe canciones de su pasado, estribillos en los que parece arrepentirse solo para justificarse.
No yo
Es verdad: nunca es él.
Son unas zorras, le tratan mal, la vida le ha machacado tanto que merece tomar la venganza por sus manos y arrastrar toda la mierda a esas personas que le quieren.
Tus inseguridades apestan a kilómetros, Antonio. Podrás machacarme hasta pensar que me has ahogado, que me has dejado sin palabras, sumisa tal y como te gustan. Ingenuo por tu parte pensar que puedes acallar un huracán cuando, en realidad, solo viene a arrasar con todo lo que creíste cierto.
Perdona, que creo que no te he presentado a Antonio.
Aquí le tienes.
Brutal