Lejos, muy lejos voy viajando en esta nave, donde cargo todas
aquellas memorias que me hacen recordar tu nombre,
aquellos momentos que sentí que te amaba,
aquellos días que fui feliz contigo.
En esta nave, voy cargando todos esos recuerdos,
en vías de llegar a un abismo desolador.
Esta nave va zarpando hacia el olvido, esperando que en el camino el timón se reviente,
que las quillas se rasguen, el velero se rompa para que se hunda en la más profundo del olvido.
¡Sólo así podré liberarme de todos esos sueños rotos y memorias corruptas!
En aquel día que esto suceda, brindaré por supuesto por el presente, por el hoy, por el nuevo amanecer.
Seguramente la nave será renovada poco tiempo después y estará lista para el próximo embarque.
Sin embargo, y apelando a la experiencia, creo que cuidaré de cargar a la nave con mejores memorias, sentimientos y viandas para que jamás tenga necesidad de deshacerme de ella.
Esta vez, la enviaré a encallar al puerto de la felicidad inscrita en las cartas de navegación del Amor Verdadero.
Por Leonidas DG.
@cuauhpilli_4t
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