Infortunio y desventura, son cosas del azar, si el azar es un objeto inamovible, que tu voluntad se vuelva una fuerza imparable.
Que la voluntad surgida de la casualidad se convierta en causalidad del destino anhelado.
Que suerte y fortuna sean paradoja del azar voluntarioso, mientras haya manos que jugar.
Por Karol Martínez Montenegro.
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